En zumo, seca, fresca, en ensaladas, cocida... la principal aportación de la fruta a nuestra nutrición es su contenido de ácido ascórbico, es decir, vitamina C. Sin embargo, la lista de beneficios no acaba aquí: los residuos no digeribles que existen en muchas de ellas sirven para el mantenimiento de la movilidad intestinal. Además su valor energético es muy bajo, ya que su principal componente, en ocasiones del 90%, es el agua. Y es que sea lo que sea, la fruta constituye un explédido regalo al alcance de todos para curar y prevenir enfermedades que podemos aprovechar al máximo si conocemos sus propiedades. En este blog te mostraremos algunas de ellas.
Depuradoras del organismo, son muy apropiadas en verano y primavera para realizar curas. Tienen propiedades estimulantes del sistema nervioso, diuréticas, laxantes y desintoxicantes, de ahí que sean muy recomendables para el estrés, reumatismo, intoxicaciones alimenticias y hemorroides.
Un vaso de zumo dos veces al día, antes de las comidas, dará buenos resultados para el estreñimiento.
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