En invierno, nuestros pies son los eternos olvidados. Si no los lucimos no nos preocupamos de ellos. Sin embargo, es muy común padecer en cualquier época de pies cansados.
Si es tu caso, te recomedes un masaje de aceite de romero o con b sódico.
Después, introdúcelos o de agua caliente a la que incoporarás un puñado de lavanda.
Déjalos 10 minutos, seca muy bien y te sentirás mucho mejor.
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