La nata preparada en casa tiene la ventaja que puedes modificar la cantidad de materia grasa, además queda muy rica y suave, notaras la diferencia.
Se utiliza lo mismo que la nata envasada, para preparar postres, mousse, helado, salsas de queso o cualquier otra que lleve nata en su elaboración, también queda muy buena para añadir a las cremas o purés, al café, al chocolate a la taza, a las natillas…, pero no queda demasiado espesa, no sirve para decorar con la manga pastelera y dura 3 ó 4 días en la nevera.
Para hacer la nata común, de 35% de materia grasa, necesitas 250 gr. de leche entera y 200 gr. de mantequilla, que sean de buena calidad. Si le pones menos mantequilla te quedara mas light, y no espesa demasiado, sirve para salsas o para postres, o para echar al café, o a la pasta…, en este caso, emplea menos mantequilla, como mínimo 100 gr. (17% materia grasa), y si le pones 250 gr. de mantequilla es la “nata doble” que se usa en algunas recetas. Pon la leche y la mantequilla a calentar, si lo haces en el micro, unos 2 minutos y sobre el fuego algo más, pero en ningún caso tiene que hervir, solo calentarse la leche para que se funda la mantequilla, que quedara en la superficie. Ponlo, en caliente, en el vaso de la minipimer y bátelo a máxima potencia durante un minuto o hasta que quede bien mezclado y con espumita en la superficie. Vierte la mezcla en una fuente amplia, que quede extendida, y métela en el frigorífico un mínimo de 6 horas.
Es normal que quede con una parte más cuajada en la superficie y otra más liquida por abajo, así ya te serviría para las salsas, o las cremas o el café, o para hacer helado de nata, pero si la quieres más espesa, échala en un recipiente hondo y bátela muy fría a máxima potencia hasta que adquiera consistencia, si es para dulce, añade 4 cucharadas de azúcar. Puedes variar los sabores añadiendo esencia de vainilla, de fresa, de caramelo, de chocolate…
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