Las flores secas decoran mucho pero se llenan de polvo con facilidad y se deslucen. Para limpiarlas sin complicaciones, pon un puñado o dos, según el tamaño, de sal gorda en una bolsa de plástico e introduce las flores sujetándolas por los tallos, luego sacúdelas con cuidado, en pocos segundos veras que el polvo se ha pegado a la sal y las flores están limpias.
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